No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti
(Paso de los Toros, Uruguay, 14 de septiembre de 1920 – Montevideo, Uruguay, 17 de mayo de 2009)
Siempre grande Benedetti, se desborda la tinta de sus poemas y nos salpica. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta la fuerza, la sabiduría y la ternura que recorren su poesía, sobre todo, su ternura. Gracias Ma. José, abrazos!
EliminarNo me gusta la poesía recitada, pero hace no mucho escuché una versión de "No me salves" en los labios de Mario de fecha que ignoro y me encantó. Todas sus poesías eran grandes canciones.
ResponderEliminarUn saludo, María.
De mi parte, es un poeta que reivindico día a día, últimamente... es uno de esos poetas que uno re-descubre cada vez que lo lee... un abrazo, Rafael!
EliminarExcelente aporte, siempre hay que salvarlo.
ResponderEliminarImprescindible,fundamentalísimo, fuego de la tinta.
Desde Mario, es más difícil, llamarle a todo poema, poesía...
Gracias.
Muchas gracias a ti por tus palabras, se me ha quedado eso de "fuego de tinta", muy acertada tu visión, Gracias, un saludo!
EliminarEste poema me resulta algo especial, amiga. No me canso de leerlo.
ResponderEliminarGracias por presentárnoslo.
Saludos