Llave
maestra
Llave maestra
que abre y cierra portales,
tamiza la luz del norte,
atrapa sueños de olivos.
Pasa en días de noviembre
cuando el tibio sol es piedra.
Tanta desidia ciega:
sal y bruma hecha desprecio.
Hoy encuentro abiertas
las ventanas de memoria
(pájaros de ojos que vacilan)
El viento mueve mis sandalias,
el viento viene y me lleva.
No le temo a la tormenta,
limpia el sueño de la noche
mientras la tristeza duerme.
Siempre espero al pie del muro,
huérfana de alas, a que vuelva.
© María A. Mónaco
Foto: Bernardo Nieuwland
Llave maestra para transmitir con esa sencillez como tu lo haces, Maria.
ResponderEliminarBello poema.
Un abrazo
siempre agradecida con tus palabras, querido José
EliminarMe resulta un poema muy bien logrado, amiga.
ResponderEliminarAbrazos
gracias amigo por tu visita, aún sigo en la búsqueda y siento que ya es una constante, abrazos!
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